3/10/09

Un concierto de sonrisas en el cielo


Entre las notas más inolvidables de mi vida estarán por siempre las que pude hacer con la más grande de las grandes... Mercedes Sosa. Tuve la dicha de entrevistarla varias veces para distintos medios, pero recuerdo una en especial. Fue en el año 2001, en el anfiteatro de Villa Allende, fue una nota diferente, muy emotiva, especial. Me senté muy cerquita de ella y como si fuera una abuela cariñosa me tomó la mano durante toda la nota. Su mano, anciana y cubierta de las huellas de la vida al igual que su rostro, temblaba mucho. Yo se la apreté con mi cariño y admiración. No me soltó un instante. Fue una nota hermosa, inolvidable como cada momento que pude compartir con ella a lo largo de mi profesión. Ese día sentí que ya estaba muy agotada para seguir transitando la vida. Pensé que sería la última vez que la vería. Y no. Ella, pujante y arrolladora, dueña de una fuerza increíble y admirable... siguió andando, y siguió regalando su poderosa y colorida voz a los cuatro vientos. Ahora su corazón se apaga, su calidez quedará en mi por siempre y en el cielo habrá un concierto de sonrisas cuando reciba a esta grandiosa cantora.