Por Ivanna Martin
En Twitter: @IvannaMartinTV
Nazarena Vélez, sin lugar a dudas, debe ser uno de los personajes
más mediáticos de la última década. Desde mucho antes pero, especialmente desde
el 2003 para acá, sin lugar a dudas también, debe ser una de las personas del
mundo del espectáculo que más notas, titulares y tapas de revistas ha
cosechado. ¿Qué no la vimos hacer a Nazarena Vélez? Desde que arrancó se plantó
firme con personalidad arrolladora, y siempre supo jugar el juego de los
medios, le pese a quien le pese, ella supo hacerlo de manera magistral. Logró y
logra, cada vez que se le antoja, tener a la prensa encima suyo con
innumerables estrategias, idas y vueltas, poses y críticas. Como sea, supo y
sabe hacerlo. La vimos en cuanto canal caía el botón del zapping, pasó por el
Bailando, por el Cantando, fue panelista y conductora de tv, dejó sus bailes
eróticos en la pantalla, en los boliches y en los teatros. En algún momento de
su vertiginosa carrera, la exposición mediática la devastó y fue víctima de
trastornos alimentarios y dietas peligrosas que ella misma luego se encargó de
confesar para contribuir a que otras muchas no caigan en lo mismo. En esos
tiempos la vimos híper flaca, al límite, y fuera de su eje. Hace poco más de
dos años, cuando por fin parecía haber encontrado la paz en los brazos de
Fabián Rodríguez, la vida le azotó el golpe más fuerte: un accidente de
tránsito se llevó a su hermana menor, Jazmín. Esa joven a quien le truncaron
los sueños, era madre de una niña pequeña, y tenía una relación muy estrecha
con Nazarena, incluso trabajaba como su asistente y eran inseparables. Jazmín
ponía todo de sí para que el entorno de trabajo de su hermana fuera el mejor,
era responsable y muy trabajadora. Conocí a Jazmín en el teatro Holiday en el
verano del 2010, cuando Nazarena hacía temporada allí con Ranni y compartimos
camarines con mi elenco del infantil “El Mago de Oz”. La hermana de Nazarena
era joven, bella, entusiasta, y no dejaba ningún detalle librado al azar.
Llegaba un rato antes al teatro para supervisar que todo estuviera bien,
controlaba el vestuario, la escenografía, todo, cada detalle. “Por favor, no
toquen las cosas de mi hermana”, nos pedía, siempre en voz alta y clara, con
una gran sonrisa. Siempre llegaba con la misma energía, y se mostraba muy
orgullosa de Nazarena.
Cuesta entender cómo, tras el accidente de Jazmín, una mujer pudo
sobrellevar lo que restaba de su embarazo entre tanto dolor. Nadie que no esté
en su lugar podría dimensionarlo. Ella misma lo dijo alguna vez, pensó que
Thiago no nacería. Thiago, que hoy es la luz de sus ojos y una bella realidad
que vino para completarla como mujer y para volverla a su eje en esta etapa de
madurez que evidencia. Nazarena Vélez transita hoy otro escalón, ya no es la
bomba sexy que quiso y supo ser y, a decir verdad, se la ve cómoda y satisfecha
en su nuevo rol. La pérdida de un ser querido es probablemente la experiencia
más desgarradora que pueda existir, todas las estructuras se desmoronan y hasta
se siente una sensación de haber sido ultrajado, despojado. “Sólo vos, la Virgen y Dios saben lo
muerta que está mi alma”, le escribió Nazarena a Jazmín en su cuenta de Twitter
alguna vez. Y quizás en un intento por reestructurar su corazón hecho trizas y
encontrar un rumbo tranquilizador para tanto dolor, decidió los cambios que hoy
la muestran más recuperada, más feliz aunque conviva con ese sufrimiento por
siempre, y lejos del tremendo ego que por momentos la consumió y que, tal vez,
la estaba matando. Ella misma eligió pararse ahora en otro lugar, probablemente
las pérdidas trágicas ayudan a redescubrir el sentido de la vida. Hoy a Nazarena
le llegó el tiempo de dar. Tiene su propia productora, que lleva el nombre en
honor a su hermana (JAZ) y proyecta una feliz vida familiar y profesional. En
“Los Grimaldi” se puede apreciar la dedicación y el arduo trabajo que realizó
para montar un espectáculo exitoso y divertido en Villa Carlos Paz. Armó un
elenco convocante, con actores destacados como Ranni, Georgina, Muscari y Jey
Mamonn. Eligió ponerse en segundo plano y dejar brillar al resto. Le dio la
oportunidad a su hija Bárbara de mostrar sus buenas dotes de comediante. Le dio
la oportunidad a Coki Ramírez de acercarse al público desde otro lugar. Le dio
la oportunidad a muchos actores, vestuaristas, escenógrafos y técnicos de hacer
un producto digno. Se dio a sí misma la chance de resurgir desde el dolor para
volverlo pasión. Y le dio la oportunidad a Jazmín de eternizarse, de muchas
maneras, en este nuevo proyecto y en todos los frutos que dará. Los que se nos
van, los que se nos adelantan, desde arriba nos mandan todo lo bueno que nos
llega después. Como canta Gieco, ya no llores, ella es parte del camino.
2 comentarios:
HERMOSAS PALABRAS IVANNA!!!, NAZARENA SE MERECE EL EXITO QUE ESTA TENIENDO CON LOS GRIMALDI!!!, PORQUE SUPO RODEARSE DE TALENTOSOS A LOS QUE DEJA LUCIRSE CON UNA GENEROSIDAD POCAS VECES VISTA EN ESTE MEDIO.
Increible todo lo que contas de Naza y su hermana ,yo no la seguia ahora al estar cerca Coki,que es mi idola la estoy descubriendo
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